Las personas que no dan todo de sí y no llegan a alcanzar su máximo potencial tiende a tener en su lecho de muerte estos arrepentimientos:
- No haber sido fiel a sí mismas: muchas personas lamentan no haber vivido una vida auténtica y haberse conformado con lo que los demás esperaban de ellas en lugar de perseguir sus propios deseos y sueños.
- No haber trabajado en sus relaciones: las personas a menudo se arrepienten de no haber invertido suficiente tiempo y esfuerzo en sus relaciones personales, como la familia, amigos y seres queridos. Lamentan no haber expresado suficiente amor y no haber resuelto conflictos.
- No haberse permitido ser más felices: algunas personas se dan cuenta en su lecho de muerte de que pasaron demasiado tiempo preocupándose por cosas insignificantes y no permitieron que la felicidad y la alegría ocuparan un lugar central en sus vidas.
- No haber trabajado menos: muchas personas lamentan haber dedicado demasiado tiempo a su trabajo y haber descuidado otras áreas importantes de sus vidas, como la familia, el ocio y el autocuidado.
- No haber expresado sus sentimientos: el arrepentimiento de no haber expresado sus emociones y sentimientos a las personas importantes en sus vidas es común. Esto incluye no haber dicho "te amo" lo suficiente o no haber resuelto conflictos debido a la falta de comunicación.
- No haber viajado ni explorado: algunas personas lamentan no haber aprovechado la oportunidad de viajar, explorar el mundo y experimentar diferentes culturas y lugares.
- No haber cuidado su salud: el descuido de la salud física y mental a menudo lleva a arrepentimientos, ya que las personas desearían haber adoptado un estilo de vida más saludable y haber priorizado su bienestar.
- No haber perdonado: el resentimiento y la falta de perdón hacia otros a menudo llevan a arrepentimientos en el lecho de muerte. Las personas pueden darse cuenta de que el tiempo gastado en la amargura podría haberse invertido de manera más positiva.
- No haber asumido riesgos: algunas personas lamentan no haber tomado más riesgos en la vida, ya sea en términos de carreras, relaciones o aventuras. Se dan cuenta de que la cautela excesiva los mantuvo atrapados en su zona de confort.
- No haber disfrutado del momento presente: el arrepentimiento de no haber vivido en el momento y haber disfrutado de las pequeñas cosas de la vida es otro sentimiento común en el lecho de muerte.
Estos son algunos de los motivos por los que la gran mayoría de las personas se arrepiente, y lo que es aún más lamentable, te sorprendería saber que la gran mayoría de las personas tendrían las mismas lamentaciones si murieran a los veinte que a los noventa, ya que pasan toda su vida viviendo bajo los mismos parámetros, los efectos del conformismo, pensando en hacer las cosas y sin actuar, sin explotar todo el potencial que tienen dentro.
Claro, como todos, viven buenos momentos, pero son pocos, cuando lo que deberíamos hacer es aspirar a vivir en un constante estado de mejora y felicidad, es solo que buscando tu mejor versión y dando lo mejor de ti es que llegas a vivir pleno y feliz desde los veinte a los noventa y viviendo cada día al máximo.
Vivimos como si fuéramos eternos, pareciera que no entendemos que la vida es una y no la disfrutamos al máximo, como si pudiéramos salir a la calle y platicar con nuestros amigos, ayer morí pero no pasa nada, hoy ya estoy listo para intentar de nuevo y si no pues hay más oportunidades, pero no es así, hay que despertar.